Capataces

Los capataces o también llamados contramaestres, son unas figuras de aspecto similar a los ushebtis de tipo obrero que empezaron ha aparecer en la XXI dinastía. Estas nuevas figuras, son la clara evolución del ushebti, aunque en éste caso claramente con una nueva función y rango. 

Vestidos con ropa de diario, son de fácil confusión con otras figuras de las mismas características iconográficas, aunque con otros acometidos muy diferentes al de los capataces o contramaestres.

Ushebtis de tipo capataz (varias épocas).

Sin duda alguna, uno de los distintivos por el cual podemos diferenciarlos del resto de ushebtis u otras figuras, es por ser portadores de un látigo o también denominado flagelo. Aunque también podemos encontrarnos estas mismas figuras, siendo portadoras de otros utensilios (como las azadas) y símbolos sagrados (como el Anj o el pilar Djed, entre otros). 

Recordemos que en el caso de los ushebtis de tipo obrero, éstos aparecen portando herramientas de tipo agrícola y un saco en la espalda para llevar el grano o las semillas, utensilios que utilizarían para llevar a cabo las tareas en los campos de Osiris.

 Figura (A) azadas, figura (B) picos, figura (C) símbolos sagrados.

El látigo o flagelo se asemeja a un espantamoscas, pero se diferencia de él por la juntura angular que tiene encima del asta y de la que cuelgan en unos casos: tres, dos o una fila de conos planos, bolas cilíndricas en forma de gota. Aunque éste látigo o flagelo, aparece representado en varios dioses, éste está asociado particularmente con Osiris. Según los mitos se lo dio Amedit, el poder divino y símbolo del noveno nomo del Bajo Egipto. Como símbolo de Osiris, el flagelo podía ser asignado eventualmente a toda persona muerta. El significado del objeto no está claro, según la tradición, es un zurriago de pastor; pero también, a sido explicado como un símbolo de renacimiento o como una herramienta agrícola para reunir láudano. 

Iconográficamente, el látigo podía estar representado en relieve o bien pintado con algún color que lo hiciera resaltar del resto, siendo él mas utilizado el negro. También podemos ver representaciones mixtas, en las que se representa una parte del látigo en relieve y otra parte resaltada en color.

Parte superior de dos ushebtis capataces con látigos resaltados en color negro.

Parte superior de dos ushebtis capataces con látigos resaltados en relieve.

Normalmente el látigo aparece representado en la mano derecha, y con el brazo que lo porta, elevado respecto del otro. 

Otro de los distintivos de éstas figuras es el faldellín, que se empieza a utilizar desde el imperio antiguo. El faldellín era una falda corta que solo llega hasta las rodillas. Era una tela con dos extremos cruzados y anudados a la altura de la cadera. 

Como en todos los países, el clima determina la forma, tejidos y colores con los que se deberá confeccionar la vestimenta y sus complementos. 

En Egipto el clima fue el indicador fundamental y básico de la moda, y de los colores que se utilizaron en los tejidos, así como del tipo de tejido a usar. 

Pese a lo anterior y dependiendo de la época de la historia egipcia en la que nos encontremos, veremos que se utilizaban tejidos con varias clases de fibras, colores, formas y complementos. En Egipto la producción de lino era muy importante y fue el tejido utilizado durante casi toda la historia de esta civilización. Otra fibra que en Egipto se utilizó para elaborar los tejidos fue la lana. Con este producto se creaba la ropa de la casa, así como la de abrigo. Pero su mayor utilización fue en la época copta. La seda fue el tejido usado en la época ptolemaica. 

El lino fue la materia prima con la que, desde la época antigua, se elaboraban los vestidos y ropajes varios. En esta época, se creía que la ropa elaborada con otra materia o fibra era impura. En el Imperio Medio, el faldellín, pasó a ser más largo, en cambio, en el Imperio Nuevo éste tiene un cambio ya que aparece con pliegues. 

El color básico de éstos atuendos era el blanco, pero a la vez se teñían algunos hilos con colores, sobretodo, rojos o marrones, con los que se creaban composiciones geométricas que adornaban el vestido. 

Como ya hemos explicado, El lino fue la materia prima utilizada para la confección de la vestimenta desde el periodo Dinástico hasta el periodo Ptolemaico. Este uniformismo también se manifestó en la tipología de los vestidos. No existe prácticamente evolución en la indumentaria de la civilización egipcia. A consecuencia de la temperatura elevada existente en Egipto, el lino era el tejido más apropiado para confeccionar la ropa, ya que era el más fresco.

Detalle de tres ushebtis con faldellines.

Iconográficamente, éstas figuras ya no se representan de forma momiforme y rígida como los ushebtis obreros. Normalmente solían llevar peluca doble, tripartida, con la cinta seshed o con el tocado real nemes.

Figura (A) peluca tripartida, (B) peluca doble, (C) banda Seshed, (D) tocado real Nemenes.

Por lo general, el látigo o flagelo aparecía siempre en la mano derecha, ésta elevada del resto del cuerpo formando casi siempre un ángulo de cuarenta y cinco grados. Aunque en alguna ocasión de forma poco frecuente, podemos ver algún capataz sin látigo, con las manos extendidas sobre el faldellín o portando dos azadones, herramienta típica de los ushebtis obreros. 

Los materiales utilizados en la fabricación de éstas figuras, era bastante amplio, siendo los más utilizados, la piedra, la terracota, la cerámica, la madera y sobre todo la fayenza. 

En algunas ocasiones también fueron elaborados con otros materiales menos frecuentes, tales como el bronce o el oro. 

Muchos de ellos aparecen policromados o simplemente se destacan sus utensilios con otros colores, siendo el más utilizado el color negro, con el que se destacaban el látigo, la peluca o el faldellín. 

Al igual que los ushebtis, los capataces también muestran inscripciones en la parte baja frontal. Normalmente pasajes del capítulo sexto del libro de los muertos o bien el nombre y títulos del difunto para el cual eran elaborados.

Detalle de dos ushebtis con inscripciones jeroglíficas. 

La finalidad de éstos capataces era la de organizar el trabajo de un grupo de diez ushebtis de tipo obrero, por eso también se les conoce con el nombre de ‘’jefes de diez’’. 

Con lo cual podemos ver que desempeñaban tareas directivas y de organización de cuadrillas para desarrollar los trabajos agrícolas en las campiñas del más allá. De ahí la aparición del látigo, elemento de su nuevo estatus, símbolo de poder. 

Así pues con la aparición de éstas figuras empezamos a encontrarnos en las tumbas un incremento bastante considerable de figuras: trescientas sesenta y cinco figuras de tipo obrero (una para cada día del año), más un capataz por cada diez ushebtis obreros. Cosa que hacía incrementar en más de 400, las figuras que se encontraban en las tumbas. 365 ushebtis obreros más 36 capataces. 

En periodos posteriores podemos encontrarnos incluso con jefes de mes, que a su vez actuaban como jefes de los capataces y sustitutos de todos éstos, cosa que hará incrementar en más de 450 las figuras depositadas en la tumba. 

Toda esta gran cantidad de figuras, era introducida en la tumba de forma individual y cuidadosamente distribuidas. En épocas posteriores, aparecen las cajas o contenedores.

Estas cajas servían como contenedores de todas éstas figuras. Podemos encontrar una gran variedad de estilos, unas ricamente decoradas y en otros casos con una decoración bastante austera o prácticamente inexistente.

Ushebtis de tipo capataz (varias épocas).

La producción de éstas piezas finaliza con Nectanebo II, pero prosigue con los personajes privados, todo ello hasta finales de la época ptolemaica y el inicio de la decadencia de la religión y creéncias del Antiguo Egipto.