Pigmentos

Los antiguos egipcios desarrollaron una compleja gama de colores para aplicaciones artísticas. Estos derivaban de tres fuentes: animal, vegetal y mineral. Los colores básicos se obtenían de fuentes orgánicas: el blanco, que era producido del polvo de huesos o marfil y dos clases de negro: negro aterciopelado o negro lámpara, porque era obtenido del hollín de las lámparas de aceite, el segundo negro, caliente y levemente café, es conocido como negro marfil y se producía de la cocción del marfil.

Colores obtenidos mediante el uso de productos vegetales 

Otros dos importantes pigmentos utilizados en el Antiguo Egipto fueron el añil y la laca garanza. El añil es un color azul oscuro producido a partir de las vainas y raíces de una leguminosa asiática. La laca garanza (púrpura rojizo, muy similar al tono carmesí) se elaboraba con las raíces carnosas de la planta de la garanza, que crece en todo el Mediterráneo.

Colores obtenidos mediante el uso de minerales

La mayoría de los pigmentos utilizados en el Antiguo Egipto eran de origen mineral. Se usaban polvos triturados con aglutinantes como el huevo o del árbol de la goma de mascar o caucho. El costo de algunos minerales era sumamente caro y muchos eran importados, tal es el caso del lapislázuli que era importado desde Sinaí en el desierto de Asia Central y se utilizaba para las imágenes más importantes. Otros pigmentos como lo es el color turquesa se utilizaba también para hacer un adhesivo para pegar el pan de oro. Muchos de los minerales eran relativamente inertes como los óxidos de hierro rojo, el amarillo ocre, el cobre, los carbonatos azurita, malaquita la tiza y el carbón de leña. Pero también cabe recalcar que otros materiales eran altamente tóxicos como el amarillo brillante y el rojizo anaranjado que se producían mediante el uso de sulfuro de arsénico.

Los pigmentos utilizados por los egipcios podían ser subdivididos en tres grupos básicos: polvo de vidrio, productos de corrosión y  los materiales alterados a través del calor.

El azul egipcio sustraído del vidrio

Fue el más famoso de todos los pigmentos sintéticos utilizados en el Antiguo Egipto, hoy se le conoce como azul egipcio, se elaboraba por medio de la calefacción de cuarzo (arena del desierto), calicó (piedra caliza), pequeñas cantidades de álcalis (planta de la ceniza, potasa, o sal del desierto “natrón”) y el cobre carbonato, en particular la maquita. Estos materiales se elevaban a temperaturas superiores a los 800 y 900 ° C durante varias horas. A este respecto se sabe que los egipcios lograron  obtener la temperatura correcta en el horno dado que dominaban la producción del bronce (utilizado para la elaboración de herramientas y armas) la cual tiene su punto de fusión de unos 870° C.

Colores sustraídos de la corrosión

El verdete claro y el plomo son colores producidos a través de la corrosión. El proceso para obtener el verdete se da cuando las placas de cobre se ven sometidas a vapores de ácidos y se forma un óxido o pátina. El proceso de corrosión era muy largo, ya que el ácido más fuerte a disposición de los antiguos egipcios era el vinagre.  Otra reacción con ácido carbónico, desde el estiércol, producía una costra de carbonato de plomo, el plomo blanco. Al igual que con el verde claro, el proceso era muy lento, ocupándose varios meses para producir una solución viable suficiente de color

Colores sustraídos mediante el uso del calor

El plomo blanco que se obtenía del proceso de corrosión era transformado nuevamente por reacción con ácido de antimonio para formar un pigmento de color amarillo pálido conocido hoy día como Amarillo Nápoles.

También se consiguieron colores menos corrientes de forma ocasional utilizando otras substancias, y los seis primarios podían originar nuevos colores secundarios como gris, rosa, marrón o naranja. Con tiza blanca se aclaraban los tonos, y con carbón negro se oscurecían.

La paleta cromática del antiguo egipo, tenía seis colores básicos:

- Rojo (desher).

- Verde (wadj).

- Azul (khesbedj y irtiu).

- Amarillo (kenit y khenet).

- Negro (Khem o kem).

- Blanco (shesep y hedj).

Simbología de los colores

Rojo (Desher)

Se asocia con el fuego y con la sangre, podía simbolizar la vida y la regeneración (como en el uso funerario de la henna), pero también simbolizaba a las fuerzas poderosas más allá del ámbito controlable. Simbolizaba las regiones hostiles desérticas de Egipto (dSrt-desheret, “la Roja” era el nombre con que se conocía al desierto y que ha dado lugar a la palabra que usamos actualmente para referirnos a él), y a Seth, dios del desierto y el caos, que tenía el cabello pelirrojo y los ojos rojos. Así, el rojo podía usarse con el significado de “ira”, “destrucción”, “muerte”, o en expresiones como “furioso”=dSr jb-desher ib (“corazón rojo”), y “cólera”=dSrw-desheru. Los escribas usaban tinta roja en vez de la negra habitual para escribir el jeroglífico para “el Mal” y para los días nefastos del año, así como para los nombres de monstruos hostiles y dioses como la serpiente Apep y Seth. También se usó el rojo para representar el color natural de la piel masculina, así como para la el sol y su fiereza natural, o para los amuletos de serpientes que representaban al “Ojo de Ra” (en su aspecto potencialmente destructor); aunque en todos estos casos no tenía las connotaciones negativas de los otros casos.

Verde (Wadj)

Es el símbolo de la vida y de las cosas que crecen (plantas, sobre todo), siendo también un símbolo de la resurrección -de ahí que a Osiris se le pintase la piel de este color. Por ejemplo, “hacer cosas verdes” se consideraba como hacer o crear algo positivo (en contraposición a “hacer cosas rojas”, que era equivalente a hacer el mal). El Más Allá era llamado “El Campo de Malaquita” (mineral del que se obtenía la pintura verde y que es de ese color). En los Textos de las Pirámides y el Libro de los Muertos, se establece la piedra verde, los juncos verdes o las alas de piedra verde de un gran halcón como símbolos del renacimiento posterior a la muerte. Durante la Dinastía XXVI, por el mismo motivo y asociándolo a Osiris, se pintaba de verde la cara del difunto representada en el ataúd. También solía ser de color verde o piedra verde el amuleto llamado “Ojo de Horus” (Udjat), debido a su uso para la curación y el bienestar de los ojos. El nombre de la diosa tutelar del Bajo Egipto con forma de cobra era Uadjet, “La Verde”; y se solía relacionar a este color con la diosa Hathor, patrona del hogar, la alegría y la belleza.

Azul (Khesbedj y Irtiu)

Representaba tanto los cielos como la inundación primigenia, siendo un símbolo de vida y renacimiento. También podía significar el río Nilo y sus elementos asociados: el grano, las ofrendas, la fertilidad. Muchas figuras que representan la fecundidad están realizadas en piedras de este color. El fénix o garza, antiguo símbolo de la inundación primordial, y de la del Nilo como recordatorio anual de aquélla, se pintaba en tonos azules brillantes (la garza auténtica tenía el plumaje azul grisáceo). También se pintaba de este color el babuino sagrado de Thot, aunque la elección de este color no parece demasiado clara en este caso, tal vez relacionada con que el otro animal sagrado del dios, el ibis, se pintaba del mismo modo. Bajo ciertas circunstancias, parece que el azul tenía connotaciones solares, ya que varios objetos relacionados con el sol estaban manufacturados con fayenza azul (los escarabeos, por ejemplo). Se cree, por último, que al estar relacionado con el dios Amon-Ra, varios retratos de reyes de la Dinastía XVIII presentan la piel azul debido a su asimilación con este dios.

Amarillo (Kenit y Khenet)

Es el color del sol, percibido como algo eterno e imperecedero (de ahí que también se asimilase al oro). La carne y los huesos de los dioses eran de oro puro (amarillos), por eso se construían las imágenes de los dioses con este metal, tanto simbólicamente como por su valor real. Las imágenes y relieves de las divinidades también se pintaban en tonos amarillos en la piel. También se cree que los sacerdotes encargados de la momificación, al llevar máscaras de Anubis para representarlo, se pintaban la piel de este color. El electro, mezcla de oro y plata, se consideró un igual al oro puro, haciendo que el blanco fuese intercambiable con el amarillo para asumir los significados simbólicos de este color.

Negro (Khem o Kem)

Era el color de la noche y de la muerte (algunas veces se realizaba un agujero negro para representar la muerte y la destrucción de los enemigos), simbolizando el Mundo Inferior; aunque también se usaba como símbolo de la resurrección y la fertilidad, siendo símbolos de vida -de ahí que a veces se pintase a Osiris de color negro. La relación con la vida y Osiris puede ser debida a los sedimentos negros que el Nilo depositaba todos los años con la inundación en sus orillas y que formaba el manto fértil del valle del Nilo. También se relacionan con Osiris las inscripciones realizadas sobre fondo negro en los ataúdes del Periodo Tardío (aunque algunos creen que pueden ser meramente artísticas). El que los colores negro y verde sean intercambiables se ve tanto en las imágenes del dios del Inframundo, como en los escarabeos de corazón, que eran realizados en piedras de color negro o verde, simbolizando la relación del muerto con Osiris, la vida y la resurrección. Las estatuas de los dioses eran a menudo realizadas con piedras negras y verdes; siendo la piedra negra considerada algo muy potente, escogido para la curación mágica, realizando estatuas con inscripciones de viñetas y conjuros en los periodos Macedónico y Ptolemaico (aunque a veces se utilizaban otras piedras duras de otros colores). Además, el color negro de las tierras fértiles simbolizaban al mismo país desde el inicio de su historia, de ahí que la forma en que los eigpcios antiguos llamasen a su país fuese Kemet, “La Negra”.

Blanco (Shesep y Hedj)

Se usaba para denotar limpieza, así como pureza ritual y sacralidad. Fue casi el único color que se usó para representar las ropas de los egipcios; y como color relativo al sacerdocio. En sitios como las “Instrucciones de Merikara” se habla del servicio de un sacerdote como “llevar sandalias blancas”. Los objetos rituales solían realizarse con alabastro blanco. Muchos de los animales sagrados que se mantenían en los templos eran de este color, como el “Gran Blanco” (el babuino sagrado), el buey blanco, la vaca blanca o el hipopótamo blanco. La palabra “hedj” (una de las formas de “blanco”) se usaba para denominar a la plata -el metal-, que junto al oro, se usaba para representar a la luna y al sol. Las estatuas del dios Nefertem (asociado a las flores de loto, y llamado “Señor de los Perfumes”) se solía hacer de plata en vez del oro habitual, debido a la conexión entre la plata y la flor blanca del loto. La corona tradicional del Alto Egipto es llamada “Corona Blanca” (aunque en un principio estaba realizada con juncos y cañas que le daban color verde, y de ahí su vinculación con este color), siendo este color el que se usaba en la heráldica del sur de Egipto.